11 Mirad qué ha producido entre vosotros esa tristeza según Dios:
¡qué interés y qué disculpas, qué enojo, qué temor, qué añoranza, qué celo,
qué castigo! En todo habéis mostrado que erais inocentes en este asunto.
12 Así pues, si os escribí no fue a causa del que injurió, ni del
que
recibió la injuria. Fue para que se pusiera de manifiesto entre vosotros ante
Dios vuestro interés por nosotros.
13 Eso es lo que nos ha consolado. Y mucho más que por este
consuelo, nos hemos alegrado por el gozo de Tito, cuyo espíritu fue
tranquilizado por todos vosotros.
14 Y si en algo me he gloriado de vosotros ante él, no he quedado
avergonzado. Antes bien, así como os hemos dicho siempre la verdad, así
también el motivo de nuestra gloria ante Tito ha resultado verdadero.
15 Y su corazón se inclina todavía más hacia vosotros al recordar la
obediencia de todos vosotros y cómo le acogisteis con temor y temblor.
16 Me alegro de poder confiar totalmente en vosotros.